Finales del siglo XIX. La llegada del tren a un pueblo aislado trae el anhelado progreso, pero también a Oleguer, un oscuro usurero con negocios turbios. Cuando expropia y se queda en la masía de Cileta y de su familia, la joven campesina hará todo lo posible para recuperar su casa. Aunque esto signifique seguir los oscuros pasos del usurero.